
Las oficinas de la Municipalidad amanecieron repletas de funcionarios. En algunos escritorios, hasta se podían contabilizar ocho personas, ya que el jefe comunal, Miguel Prieto, dispuso que ninguno debía permanecer afuera, “bajo árboles”. Varios de ellos no contaban con funciones específicas. Igualmente, enormes filas se formaron a la hora de la entrada.
Prieto también adelantó que adquirirán relojes biométricos para la marcación de ingreso y salida de funcionarios. “Tenemos que combatir la nefasta experiencia dejada por la administración anterior, no queremos perjudicar a nadie, queremos cuidar por sobre todo el erario público, tenemos quejas y pedidos desesperados a las múltiples de necesidades del pueblo esteño», expresó el jefe comunal.
Informó que existe un perjuicio aproximado de G. 25 mil millones anuales por el plago a planilleros.