A la par que se reagrupan los colorados, paralelamente se acentúa la división interna dentro de la Asociación Nacional Republicana (ANR) y todo apunta a que los independientes tienen el camino allanado a raíz de esta situación. Aún no se ha desatado la carrera electoral y ya suenan varios nombres dentro de esta agrupación partidaria, lo que abre más la brecha y sangra la herida entre los mismos, según la dirigencia de base.
Presidentes de seccionales, operadores de base y adherentes de diferentes movimientos internos de la ANR, han sentado postura y exteriorizan que el 2020, esta nucleación partidaria pasará por su peor momento a nivel nacional, respecto a las municipales, no precisamente, porque la oposición esté muy fuerte, sino porque la rivalidad interna entre el cartismo y los de Añetete, no supieron saturar las heridas.
La puja real estará en el coloradismo que, sin dudar, aventajará a candidatos de los sectores independientes, ya que el liberalismo ha caído en el mismo camino internista que los hoy oficialistas, teniendo como referencia al efrainismo y al llanismo. Los partidos tradicionales, aparentemente están en picada tras lo sucedido en Ciudad del Este, aunque la dirigencia de base, advierte que el internismo en la ANR se está cobrando la factura y el cartismo se quiere quedar con el revanchismo.
La carrera electoral con miras al 2020 no se ha iniciado y ya se habla de algunos nombres como Iván Sosa, del sector independiente de la ANR, Juan Ramírez, del sector empresarial y el propio excandidato de Colorado Añetete, Wilberto Cabañas, quien, deberá dirimir con Ulises Quintana, recluido en el penal militar de Viñas Cue; la carrera electoral del 2020.
Los colorados deberán comenzar con el pie izquierdo después del triunfo de Miguel Prieto en Ciudad del Este y les será casi imposible presentar una candidatura acorde a una unidad, lo que es seguro, será aprovechado, por los independientes.
Los 32 mil votos obtenidos por el candidato colorado en estas últimas elecciones, le será aún más difícil captar a la dirigencia de base de la ANR, ya que se muestran cada vez más renuentes a aceptar directivas digitadas, según dijeron.