Actualmente, la mujer está totalmente insertada en el mundo laboral y si al llegar a casa hay personas esperando por ella, significa que debe cumplir con otro rol mucho más importante: ser mamá. En ese sentido, Carolina Echagüe es totalmente multifuncional, ya que es madre de dos hijos: Nicolás de 19 años y Rouxie, de 13 años. Conjuntamente, es coordinadora del Centro de Innovación en Desarrollo Empresarial del Parque Tecnológico Itaipu (PTI). También exbecaria del Programa IVLP, auspiciado por el Departamento de Estado de los EE.UU., y coordinadora del Programa DreamBuilder Edición Alto Paraná 2019. A la par, se desempeña como vicepresidente del State Alumnis Paraguay, y es miembro del directorio de CODELESTE e INCUPAR, en representación del PTI. Por si fuera poco, también es fundadora de la Pastoral de la Dulce Espera en el décimo departamento.
Carolina, contanos sobre tu rol como mamá y tu experiencia como una mujer multifacética.
Es un laberinto guiado por el corazón. Soy una persona que planifica su día con bastante antelación. Soy muy autoexigente conmigo misma y cuando me doy cuenta que me enfrentaré a situaciones donde no tengo control de los resultados, con mucha fe dejo en manos de la Dios. Los días son muy sobrecargados y cuando llego a casa trato de desconectarme de todo para disfrutar con la familia y con mis hijos. Me siento bendecida por ser madre y tener la oportunidad de llevar adelante una vida profesional sin dejar de lado el voluntariado.
¿Cómo complementas tu rol de madre y de profesional?
Además de madre y profesional, también llevo adelante otras actividades que requieren mi dedicación y mi compromiso. En mi rol de exbecaria del Programa IVLP, auspiciado por el Departamento de Estado de los EE.UU., fui adjudicada para coordinar el DreamBuilder 2019 Edición Alto Paraná, que consiste en capacitaciones que hace uso de la tecnología y la educación para empoderar a mujeres emprendedoras. Además, junto con mi esposo, hemos fundado en Alto Paraná la Pastoral de la Dulce Espera, que trabaja con mujeres embarazadas a sobrellevar las diferentes situaciones sin perder la fe. Es un apostolado hermoso y ahora estamos seis matrimonios maravillosos trabajando voluntariamente.
¿Cómo hacés para organizarte entre tantas tareas?
El apoyo de la familia es fundamental. Mis hijos y mi esposo me dan la fuerza extra que necesito en los momentos claves. Además, nunca estoy sola con los compromisos asumidos. Formar un equipo que se sienta comprometido con tus ideales es sumamente importante.
¿Cómo influyen tus hijos en tus aspiraciones?
Ellos son mi mayor inspiración, mi orgullo y mi fuerza de voluntad. Por ellos soy lo que soy y hago lo que hago. El amor infinito que les tengo es lo que me da esa fuerza extraordinaria para conseguir todo lo que me proponga.
¿En la actualidad, las madres tienen más oportunidades laborales?
Nuestra sociedad actual aún no se da cuenta que las mujeres somos el motor del mundo, es por eso que nosotras mismas debemos crear espacios que nos permitan crecer y progresar sin dejar de lado a la familia. Así como lo estoy haciendo con el Programa DreamBuilder, que busca brindar herramientas a mujeres emprendedoras para que mejoren su calidad de vida.
¿Qué consejo le das a las mujeres emprendedoras, empresarias, o las que quieran llegar a serlo?
Que no desistan, que las situaciones que se nos presentan están para enfrentarlas. Y que si lo hacemos con fe y con amor, o nos vamos a equivocar. Todo por amor y con alegría.