Funcionario fiscal protegido por sus superiores se burla de justicia y no es procesado
El abogado Rodrigo Ariel Martínez Lindau, funcionario de la Fiscalía de Ciudad del Este, asignado a cumplir funciones como ujier notificador, sigue gozando de privilegios de parte de sus superiores, pese a tener sendas denuncias por violencia familiar en su contra y otra ingresada recientemente con la carátula “A determinar”, que radica en la unidad del fiscal Julio Paredes. En las dos unidades especializadas en violencia familiar, obran denuncias formuladas por su expareja, Laura Rocío Bogado Núñez, quien hace dos semanas dio a luz una prematura en el IPS regional, de donde fueron expulsadas porque el funcionario se negó a reconocerla.

Edgar Moreno, fiscal adjunto al que no pueden llegar las denunciantes. Casi no está en su lugar de trabajo y la Fiscalía es un caos.
Hortensia Bogado, madre de la mujer, también sometida a cirugía reciente, señaló que los compañeros de trabajo del denunciado no le permiten ingresar a manifestar sus penurias al fiscal adjunto Edgar Moreno, a quien intentó poner al tanto de la situación, pero que no es atendida ni siquiera por los fiscales asignados para investigar los casos por denunciados y tampoco se ha tenido intervención del fiscal delegado Adolfo Santander. Ni los responsables administrativos, Luis Ojeda, ni de “talento humano”, Rossana Cardozo, se interesaron en la situación de Martínez Lindau, quien sigue amenazando a la madre de su hija, haciendo alarde de su buen relacionamiento con sus superiores dentro de la institución que debe investigarlo.
La niña recién nacida está con alto riesgo, ya que sigue perdiendo peso, llegando ayer a 1 kilo con 600 gramos, dijo la preocupada abuela. “Antes que asistir de alguna manera a su hija recién nacida y a su ex pareja, ahora recurrió a tribunales a solicitar un régimen de relacionamiento”, agregó la mujer. Martínez Lindau fue asistente fiscal en la ciudad de Presidente Franco, luego fue trasladado a la regional de Ciudad del Este, donde fue descendido al grado de chofer y posteriormente enviado a la oficina de ujieres, donde permanece hasta la fecha, siendo abogado, entregando notificaciones en vehículos del Ministerio Público que aprovecha para intimidar a su contraparte.
Mientras tanto, el adjunto Edgar Moreno se desentiende de la situación y encubre al sujeto que ya debió estar castigado y con prisión preventiva por violencia doméstica, pero es evidente que Martínez Lindau está protegido con una coraza por presunta orden de sus superiores en la región. Hortensia Bogado lamentó no tener el eco necesario para llegar hasta la Fiscalía General del Estado a buscar el castigo penal del funcionario público e insistió con los riesgos que corre su pequeña nieta, que sigue en una incubadora del Hospital Los Ángeles. La madre de la recién nacida fue sometida a una cesárea, mientras que la abuela soportó cirugía por un cuadro renal, que las impide movilizarse para urgir el castigo del abogado que, para ellas, no es más que un “delincuente común”, protegido por sus superiores, aseguró Bogado al tiempo de anunciar que recurrirá a la Defensoría Pública como último intento de asistencia.
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