Sin lugar a dudas, en las elecciones del domingo hubo muchos perdedores y pocos ganadores. Uno que deberá replantearse muchas cosas es el presidente chovy Efraín, quien entre cuatro paredes y a dedo designó al candidato del PLRA para las municipales y, para colmo, envió a un “garrotero” como Stiven Patrón nada menos como “jefe de campaña” de la Alianza en el Este. Con semejantes aparatos, el resultado no pudo haber sido diferente, ¿ajepa?
Y hablando de los liberales, el clan Portillo también recibió un duro golpe, ya que incluso en su “feudo”, el barrio Don Bosco, perdió en forma catastrófica. Queda evidenciado que los electores liberales también están podridos de las claques corruptas que manejan al partido y lo llevan indeclinablemente al abismo. ¡Renovación ya!
Ni siquiera se salvaron algunas “súper encuestadoras” que operan en la región y locutores “ñembo encuestadores”, quienes, con sus pronósticos, erraron de aquí hasta la luna. Uno que “pasó pelada” fue un tal Sánchez, quien se pasó criticando una encuesta realizada por nuestro medio, sin embargo, al final acabamos acertando y él…bueno, él ganó experiencia, seguramente. Y las famosas bocas de urnas, ni hablar… ¡Qué cosa, che!
Muy “humilde” se le vio al gobernador Roberto “trabajen pobres” González Vaesken, después de la paliza que recibió su protegido del joven independiente Miguelito Prieto. Pero esa humildad no debería ser apenas de boca para afuera, sino Vaesken debería realmente rectificar rumbos, si no quiere convertirse en cadáver político fuera de tiempo. En la ANR ahora ya hay vaaarios mariscales de la derrota. ¡Hendy paite!