PRESIDENTE FRANCO. Los cuerpos calcinados encontrados al costado de un camino vecinal de Los Cedrales, el lunes a la tarde, fueron reconocidos por parte de dos hermanas paraguayas residentes en Brasil, quienes vieron las noticias y acudieron a la Fiscalía de esta ciudad, alrededor de las 13:30 de ayer. Las mismas fueron llevadas a la funeraria donde reconocieron a las víctimas, gracias a los tatuajes que ambos tenían estampados en el cuerpo.
Los cadáveres fueron identificados como Marcos Andrés Barboza, de 40 años, y su hermano Leandro Marcio Barboza, de 42, ambos brasileños, y de profesión camioneros, quienes presuntamente eran parejas de las hermanas María Ángela Agüero Giménez, de 23 años, y Natalia Diane Agüero de Tubín, 28, domiciliadas en el barrio Morumbí de la ciudad de Foz de Yguazú, Brasil.
Según las mujeres, sus parejas vinieron a Ciudad del Este en la mañana del lunes, a bordo de una camioneta Kia Sportage, con chapa paraguaya OCA 315, que sería propiedad de una de las víctimas, y ya no regresaron. Cabe destacar que dicho rodado aún no fue localizado por la Policía Nacional.
Ayer, al ver las noticias de que dos hombres fueron hallados calcinados en el distrito de Los Cedrales, las mujeres sospecharon que se tratarían de los desaparecidos, por lo que cruzaron el Puente de la Amistad y fueron directamente a la comisaría 6ª de Presidente Franco. De allí fueron llevadas a la Fiscalía y posteriormente a la morgue de la funeraria Núñez, donde identificaron los cuerpos mediante los tatuajes que las víctimas tenían. Las hermanas rompieron en llanto y manifestaron que se trataban de sus respectivas parejas sentimentales.
Los cadáveres fueron encontrados calcinados, alrededor de las 18:40 del lunes último, en medio de un matorral, a unos 4.000 metros del puente ubicado sobre el río Monday, que une los municipios de Los Cedrales y Minga Guazú.
TRASFONDO
Según las investigaciones que aún se encuentran en una etapa muy incipiente, el trasfondo del crimen sería el tráfico internacional de drogas, teniendo en cuenta que ambas víctimas eran camioneros que, presuntamente, se dedicaban a transportar drogas y en varias ocasiones habrían “entregado” la carga y se quedaban con la droga para luego decir a sus patrones que la Policía había incautado la “mercadería”.
Las pesquisas también señalan que las víctimas habían sido asesinadas en otro lugar y luego sus restos fueron arrojados y quemados en el sitio donde fueron encontrados aún humeantes.