Un grave caso de robo de evidencias se registró en la Fiscalía de Ciudad del Este, específicamente en la unidad penal nº 4, interinada por la fiscal Estela Mary Ramírez, consistente en una pistola calibre 9 mm, incautada el año pasado de un agente policial por haber realizado disparos durante una persecución tras un hecho de robo agravado. Según los datos, uno de los funcionarios de la unidad se habría apoderado del arma pensando que nadie se daría cuenta de su ausencia, sin embargo, cuando el abogado del uniformado solicitó la devolución, la pistola simplemente desapareció.
El hecho llegó a oídos del fiscal adjunto del área penal X, Edgar Augusto Moreno, quien emplazó a los asistentes y funcionarios para que hagan aparecer de vuelta la pistola. Como arte de magia, el arma apareció y hasta el momento, llamativamente, no se abrió ninguna investigación para saber quién fue él o la responsable del “extravío” de la evidencia. Como si fuera poco, de la misma unidad habrían desaparecido unos G. 30 millones, incautados como evidencia de un robo, pero ningún funcionario confirmó el caso.
EL HECHO
Según fuentes, en agosto del año pasado, la fiscal Soledad González, en ese entonces titular de la unidad nº 4, incautó tres pistolas 9mm de agentes policiales, luego de que estos protagonizaran una prosecución y balacera con delincuentes en prosecución a un caso de robo agravado. La fiscal González fue trasladada y las armas quedaron en el despacho, pero al parecer un funcionario avivado se apoderó de una de las pistolas, creyendo que nadie se daría cuenta de su desaparición, sin embargo, el abogado de uno de los policías presentó días atrás un pedido de devolución del arma. Fue allí que la fiscal interina Estela Mary Ramírez se percató que la evidencia se “extravió”. Ramírez comunicó el hecho al fiscal adjunto Edgar Moreno, quien emplazó a los funcionarios a que presenten la pistola. Milagrosamente, el arma apareció en un lugar donde ya había sido buscado, evidenciando que alguien llevó y devolvió tras la advertencia.
NO HAY INVESTIGACIÓN
El silencio cómplice del fiscal adjunto del área penal X, Edgar Augusto Moreno, no deja de llamar la atención, pues desde que se enteró del caso hasta la fecha no ordenó ninguna investigación penal para aclarar el hecho y nadie sabe quién fue el autor del robo. Un hecho aún más grave se habría registrado también en la misma unidad, de donde supuestamente desaparecieron, como si nada, unos G. 30 millones, pero del caso nadie quiere hablar y ningún funcionario confirmó la veracidad de la información. Lo cierto y concreto es que no existe control alguno en las distintas unidades del Ministerio Público de Ciudad del Este, donde los funcionarios hacen un festín con causas y evidencias.
DEPÓSITO
Llamativamente, las evidencias estaban “guardadas” en la unidad fiscal, cuando en realidad deberían estar almacenadas en el depósito de evidencias del Ministerio Público, lo que demuestra que la cadena de custodia de las evidencias no es respetada. En varias ocasiones, este tipo de manejos desprolijos de documentos y evidencias ya absolvieron a homicidas y marginales, ya que a la hora de presentarlas en los juzgados, las mismas ya no estaban o fueron cambiadas.