El diputado chovy Drákeford lamentó que la estructura corrupta diseñada por el clan ZI cuenta con el “blindaje” nada menos que del propio titular del Poder Ejecutivo, Horacio Cartes. Resulta que Ña Malandra y “Panambi guasu” tienen soporte político en la capital, en donde ninguna de las denuncias contra la “pareja real” prospera. Imagínese si Santi que da Pena, realmente llega a la Presidencia, serían otros cinco años de impunidad para los personeros del clan. ¡Socorrooo!
Pero no todo es color de rosas para el clan, que ve que el candidato Elio “suicidio” Cabral no pega y todo indica una catastrófica derrota electoral en diciembre próximo. De nada le sirve a Ña Perla salirle de “madrina” a decenas de parejas o a Ña Malandra y Lucho arrear empleados de casas comerciales del microcentro, contra su voluntad, dicho sea de paso, para intentar “hacer número”. ¡Hendy!
Está muy bien que Itaipu duplique el número de becados para el año próximo. Lo que no está bien es que en estos tiempos electorales sumen como funcionarios a cualquier “buey corneta” a la binacional, no por su destreza en el laburo, sino por su “habilidad” de seccionalero pro oficialismo. ¿Hasta cuándo, señores?
Hablando de Santi, este cada vez da más pena y el cartismo se desespera. Los funcionarios públicos del país son obligados a “operar” a favor de Santi, bajo amenazas de que podrían ser rajados sin contemplaciones. ¡Arde Troya!
En un país donde rige el Estado de Derecho, el diputado Carlos Portillo (ese de los 50 titulos universitarios y experto en “cras”) sería investigado por la Fiscalía por el delito de tráfico de influencias, ya que el legislador fue grabado cuando negociaba alegremente el pago de una coima para un camarista, que maneja la causa de una contadora acusada de millonaria estafa. Pero claro, como estamos en Paraguay, aquí todo acaba en vyrorei. Y después algunos “se sorprenden” si en el exterior nos tildan de campeones de la corrupción. ¡Ndaipori caso!