El “trabajo de concienciación” llevado a cabo por el Grupo de Trabajo (GT) Itaipu-Salud para reducir las muertes materna y neonatal, tanto en Alto Paraná y a nivel país fracasó nuevamente, pues constantemente mueren mujeres durante el parto y mayor cantidad de recién nacidos. Nuevamente se desarrolló ayer un taller denominado “Vigilancia de Mortalidad Materno Infantil en la Triple Frontera”, en Itaipu, pero no se observna acciones concretas, teniendo en cuenta los deficientes servicios en los hospitales públicos, incluso, en los sanatorios privados.
Los representantes de los Ministerios de Salud de Brasil, Argentina y Paraguay se reunieron de nuevo en el Centro de Documentaciones de la Itaipu para “analizar acciones” sobre mortalidad materno-infantil, con el propósito de “abordar las experiencias en torno al tema, así como la sensibilización sobre la importancia de los controles prenatales”, según informaron desde la entidad.
El evento tuvo el apoyo del Grupo de Trabajo (GT) Itaipu-Salud, que ha fracasado conjuntamente con el Ministerio de Salud para reducir la muerte neonatal, principalmente, en Alto Paraná.
GT Salud termina su trabajo en las planificaciones y en los diagnósticos, en los planes y en las ideas, pues en lo que va de este año, es un fracaso la actividad de concienciación sobre la muerte materna y neonatal, teniendo en cuenta que nada en concreto se hizo. Se realizaron algunas donaciones al Ministerio de Salud consistente en equipamientos y kits para partos, pero los servicios siguen deficientes.
Verónica Duarte, coordinadora del GT Itaipu-Salud, reconoció que aún hay experiencias poco alentadoras en cuanto a los tratamientos maternos. En Paraguay, dijo que supuestamente hubo un avance importante con la implementación de unidades de soporte vital avanzado, a través de la cooperación de la Itaipu para con el Ministerio de Salud Púbica, pero tampoco se visibiliza en los hospitales públicos.
Durante el encuentro de capacitación, se puso énfasis en la sensibilización respecto a los controles prenatales, y la importancia de que la pareja y familia de la mujer gestante se involucren desde los primeros controles médicos, pero esta información no llega a los barrios ni a las madres, solo terminan en las reuniones, donde se gastan millones en bocaditos o almuerzos.