HERNANDARIAS. Una comitiva fiscal-policial allanó ayer una vivienda ubicada en el barrio Caacupemí de esta ciudad. En el lugar los intervinientes lograron detener a una pareja e incautaron varias evidencias relacionadas al caso, como ser joyas de oro, relojes y aparatos celulares que presumiblemente pertenecían a la víctima, Néstor Atilio Maqueda, de 73 años, propietario de la estación de servicio Compasa, asesinado de dos puñaladas entre la noche y madrugada del 23 y 24 de octubre pasado.
Los detenidos fueron identificados como Freddy Abel Guerreño Aquino, con antecedentes por resistencia, abuso sexual, por el cual cuenta con prohibición de salir del país y su esposa Cynthia Mabel Barreto Borja, ambos domiciliados en el sitio.
Durante el procedimiento, los agentes de Homicidios de la Policía Nacional, a cargo del subcomisario Fabio Rolón, encontraron varias evidencias que implican directamente a la pareja en el homicidio del empresario.
PERTENENCIAS DE LA VÍCTIMA
Tras una minuciosa verificación, los intervinientes encontraron un anillo tipo carretón con iniciales “N” y “S”, una cadena de oro en cuya medalla tenía las iníciales “E” “L” “M”; una pulsera de oro, aparatos celulares de la marca Blue y Huawei y varios chips para celulares de varias empresas de telefónicas; también cinco cartuchos vivos de revólver calibre 38mm. y tres relojes de pulsera de distintas marcas. Todos estos objetos, aparentemente, pertenecían al empresario Néstor Atilio Maqueda.
UNA PERSONA MÁS
Según el jefe de Homicidios, regional Alto Paraná, subcomisario Fabio Rolón, el caso no está cerrado, ya que tienen fuertes indicios de que existe una tercera persona, que sería una mujer, involucrada en el crimen que, incluso, ya está siendo investigada.
“MASAJISTA”
Los investigadores presumen que el septuagenario buscó a la “dama de compañía”, con quien estuvo compartiendo algunos tragos en la sala de la casa y luego fueron a la habitación donde la ahora detenida le habría aplicado las dos estocadas mortales, para luego desaparecer del sitio con el aparato celular de la víctima, dinero en efectivo y joyas. En la escena del crimen, los intervinientes encontraron varias evidencias que atribuyen el hecho a una mujer, entre ellas las marcas de pisadas ensangrentadas y una cartera femenina que contenía dos consoladores que la presunta autora olvidó en el lugar.